Con la internacionalización en puertas y recién casada, la cantautora venezolana sigue intentando comprender las relaciones humanas y se enorgullece de saber que sus canciones son ideales para superar un despecho
por ORNELLA MÁRQUEZ | imagen: ALEXANDER SÁNCHEZ | DOMINGO 8 DE AGOSTO DE 2010
"Estoy viviendo una luna de miel", dice Mariana Vega sobre su actual situación sentimental tras casarse hace cinco meses con su novio de cuatro años, cuya identidad prefiere mantener en secreto.
Pero la frase también define el actual momento que la cantautora venezolana está viviendo en su carrera. Su contrato con Warner Music México es el empujón para que su música finalmente cruce las fronteras. Críticos de la industria señalan que su estilo hace recordar los comienzos de Shakira, y Contigo -primer sencillo de su álbum internacional Mariana Vega- fue un éxito en Latinoamérica y anhela que suceda lo mismo con No me queda nada, segundo promocional.
Una vida sencilla, perfecta y un futuro bastante prometedor para una persona que irónicamente en una ocasión afirmó que "el despecho es el mejor estado para componer (canciones)".
Y es que el desamor, la desolación y las relaciones humanas han sido los protagonistas de las letras de muchos de sus éxitos; el ingrediente musical de series de televisión como Los caballeros las prefieren brutas; y la banda sonora que muchos han hecho suya cuando se enamoran o desenamoran.
Con una propuesta que ella misma define como "rock acústico emocional", a Mariana Vega le parece "maravilloso" que sus temas sean una terapia para pasar un "guayabo" porque desde muy joven lo probó. De adolescente debió mudarse con su familia a Canadá y dejar atrás a su primer amor.
Una experiencia que la "Cenicienta con guitarra" recuerda con cariño porque despertó su interés por componer, la inspiró a estudiar Psicología y la convirtió además en el pañito de lágrimas para sus amistades, quienes constantemente asistían a una "sesión con Mariana", buscando un consejo y comprensión.
Músico y psicóloga son dos roles que a la artista de 25 años le han permitido convertirse en experta en mal de amores, a pesar de que hace tiempo su vida sentimental navega viento en popa. La única turbulencia de la cual ha sido víctima es la de los aviones que la trasladan constantemente entre Caracas y México D.F., su actual residencia y punto de partida para su internacionalización.
¿Cómo cambió tu vida ahora que trabajas con una disquera internacional?
"Tengo la suerte de que esta carrera no es rutinaria, todos los días son diferentes. Hay períodos de un mes donde te dedicas a hacer una promoción intensa, pero puede haber dos semanas más relajadas. Lo que más ha cambiado es que paso mucho tiempo lejos de mi familia, pero la tecnología es tu mejor aliada para mantenerte comunicada".
Recién casada y con éxito. ¿Cómo compones con tanta felicidad en tu vida?
"Me siguen inspirando las emociones humanas. De eso he escrito desde el principio y esa fue la razón por la que estudié Psicología. El estar en una etapa tan feliz en mi vida, no significa que antes no haya pasado por un despecho. También estoy escribiendo canciones más felices, desde otro punto de vista. Ya no hablo tanto de la pareja en sí, me están preocupando otro tipo de cosas".
¿Como cuáles?
"Envejecer... (risas). En realidad no me preocupa, sino que me intriga el proceso, los cambios que van dando tu vida y cómo vas perdiendo y ganando amigos en el camino".
Algunas de tus canciones se consideran temas para despecharse. ¿Qué opinas de eso?
"Algo maravilloso, lo más bonito al escribir una canción es inspirar a otras personas, y si te sirve para superar algo, mejor aún".
¿Cuál ha sido tu peor "guayabo"?
"Mi primer amor fue muy triste (risas). Me fui a Canadá y lo dejé acá (en Venezuela). Comencé a componer por ese despecho de no estar con él, pero como todo, uno lo supera. Fue una experiencia bonita que me dejó muchas cosas positivas en mi vida, porque ahora me dedico a esto. Duramos como un año".
¿Y cuál es la receta de Mariana Vega para superar un "guayabo"?
"La primera semana tienes que vivirlo y llorarlo porque de lo contrario no lo superas. Y hay que rodearse de gente muy positiva, que te acompañe y te haga feliz".
¿Con cuales canciones te has despechado?
"Con Sin Banderas pasé muchos mal de amores, en especial escuchando Suelta mi mano".
Y de las tuyas, ¿cuál recomiendas para el mal de amor?
"Te vi, que está incluida en el disco Háblame y ahora en Mariana Vega".
¿Tus amigos no se quejan de que sus historias las conviertas en canciones?
"Entre mi grupo de amigos soy la terapista y siempre se preocupan porque escribiré un tema de lo que me cuentan. Pero al final terminan siendo letras de experiencias que las puede adoptar cualquiera".
¿Crees que un clavo saca a otro?
"Temporalmente sí, pero no a largo plazo".
Ahora que vives en México, ¿qué te ha impresionado de ese país?
"Creemos que son cerrados, pero no es verdad, son selectivos y cuando algo les gusta, son fieles a ello. El pop les fascina y por eso soy muy bien recibida. Me encanta también ese rango de música que ellos tienen, con sus trompetas, violines y guitarras, pero eso no quiere decir que me vaya más adelante por ese camino. Sólo se me hace interesante".
¿Cómo has sobrevivido a la comida picante?
"Me encanta, no sabía que me iba a gustar tanto. Soy fanática del mango con chile. Lo venden deshidratado y mojado en bolsas en los kioscos como si fueran unos platanitos. Me gusta también el mole".
por ORNELLA MÁRQUEZ | imagen: ALEXANDER SÁNCHEZ | DOMINGO 8 DE AGOSTO DE 2010
"Estoy viviendo una luna de miel", dice Mariana Vega sobre su actual situación sentimental tras casarse hace cinco meses con su novio de cuatro años, cuya identidad prefiere mantener en secreto.
Pero la frase también define el actual momento que la cantautora venezolana está viviendo en su carrera. Su contrato con Warner Music México es el empujón para que su música finalmente cruce las fronteras. Críticos de la industria señalan que su estilo hace recordar los comienzos de Shakira, y Contigo -primer sencillo de su álbum internacional Mariana Vega- fue un éxito en Latinoamérica y anhela que suceda lo mismo con No me queda nada, segundo promocional.
Una vida sencilla, perfecta y un futuro bastante prometedor para una persona que irónicamente en una ocasión afirmó que "el despecho es el mejor estado para componer (canciones)".
Y es que el desamor, la desolación y las relaciones humanas han sido los protagonistas de las letras de muchos de sus éxitos; el ingrediente musical de series de televisión como Los caballeros las prefieren brutas; y la banda sonora que muchos han hecho suya cuando se enamoran o desenamoran.
Con una propuesta que ella misma define como "rock acústico emocional", a Mariana Vega le parece "maravilloso" que sus temas sean una terapia para pasar un "guayabo" porque desde muy joven lo probó. De adolescente debió mudarse con su familia a Canadá y dejar atrás a su primer amor.
Una experiencia que la "Cenicienta con guitarra" recuerda con cariño porque despertó su interés por componer, la inspiró a estudiar Psicología y la convirtió además en el pañito de lágrimas para sus amistades, quienes constantemente asistían a una "sesión con Mariana", buscando un consejo y comprensión.
Músico y psicóloga son dos roles que a la artista de 25 años le han permitido convertirse en experta en mal de amores, a pesar de que hace tiempo su vida sentimental navega viento en popa. La única turbulencia de la cual ha sido víctima es la de los aviones que la trasladan constantemente entre Caracas y México D.F., su actual residencia y punto de partida para su internacionalización.
¿Cómo cambió tu vida ahora que trabajas con una disquera internacional?
"Tengo la suerte de que esta carrera no es rutinaria, todos los días son diferentes. Hay períodos de un mes donde te dedicas a hacer una promoción intensa, pero puede haber dos semanas más relajadas. Lo que más ha cambiado es que paso mucho tiempo lejos de mi familia, pero la tecnología es tu mejor aliada para mantenerte comunicada".
Recién casada y con éxito. ¿Cómo compones con tanta felicidad en tu vida?
"Me siguen inspirando las emociones humanas. De eso he escrito desde el principio y esa fue la razón por la que estudié Psicología. El estar en una etapa tan feliz en mi vida, no significa que antes no haya pasado por un despecho. También estoy escribiendo canciones más felices, desde otro punto de vista. Ya no hablo tanto de la pareja en sí, me están preocupando otro tipo de cosas".
¿Como cuáles?
"Envejecer... (risas). En realidad no me preocupa, sino que me intriga el proceso, los cambios que van dando tu vida y cómo vas perdiendo y ganando amigos en el camino".
Algunas de tus canciones se consideran temas para despecharse. ¿Qué opinas de eso?
"Algo maravilloso, lo más bonito al escribir una canción es inspirar a otras personas, y si te sirve para superar algo, mejor aún".
¿Cuál ha sido tu peor "guayabo"?
"Mi primer amor fue muy triste (risas). Me fui a Canadá y lo dejé acá (en Venezuela). Comencé a componer por ese despecho de no estar con él, pero como todo, uno lo supera. Fue una experiencia bonita que me dejó muchas cosas positivas en mi vida, porque ahora me dedico a esto. Duramos como un año".
¿Y cuál es la receta de Mariana Vega para superar un "guayabo"?
"La primera semana tienes que vivirlo y llorarlo porque de lo contrario no lo superas. Y hay que rodearse de gente muy positiva, que te acompañe y te haga feliz".
¿Con cuales canciones te has despechado?
"Con Sin Banderas pasé muchos mal de amores, en especial escuchando Suelta mi mano".
Y de las tuyas, ¿cuál recomiendas para el mal de amor?
"Te vi, que está incluida en el disco Háblame y ahora en Mariana Vega".
¿Tus amigos no se quejan de que sus historias las conviertas en canciones?
"Entre mi grupo de amigos soy la terapista y siempre se preocupan porque escribiré un tema de lo que me cuentan. Pero al final terminan siendo letras de experiencias que las puede adoptar cualquiera".
¿Crees que un clavo saca a otro?
"Temporalmente sí, pero no a largo plazo".
Ahora que vives en México, ¿qué te ha impresionado de ese país?
"Creemos que son cerrados, pero no es verdad, son selectivos y cuando algo les gusta, son fieles a ello. El pop les fascina y por eso soy muy bien recibida. Me encanta también ese rango de música que ellos tienen, con sus trompetas, violines y guitarras, pero eso no quiere decir que me vaya más adelante por ese camino. Sólo se me hace interesante".
¿Cómo has sobrevivido a la comida picante?
"Me encanta, no sabía que me iba a gustar tanto. Soy fanática del mango con chile. Lo venden deshidratado y mojado en bolsas en los kioscos como si fueran unos platanitos. Me gusta también el mole".
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