Entrevista de Mariana en Estampas:

El lado B de...
Mariana Vega:
Dice tener un carácter fuerte, aunque le da pánico cruzar la calle sola. Vuela parapente, y no está en contra del matrimonio gay. Así es la cara menos conocida de la única cantante pop venezolana actualmente firmada por un sello disquero internacional.

De entrada es calladita, de mirada dulce, risueña y sumamente "morisquetera". Pero, debajo de esa aureola de caperucita roja, puede estar escondida una loba feroz. Tal analogía viene dada por la manera en que se describe a sí misma, en esta entrevista, la apacible cantautora Mariana Cordido Vega, nacida el 11 de febrero de 1985. Desde pequeña la conocen con su actual nombre artístico, Mariana Vega, "es que el apellido de mi papá era muy difícil de pronunciar para una niña, la gente me entendía 'cordero' o 'corrido'", comenta, entre risas, a través de la línea telefónica desde México, su lugar de residencia temporal, tras haber firmado un contrato con el sello disquero Warner Music de ese país.

Tiene, apenas, unos meses de haberse casado, casi en secreto, con un personaje cuyo nombre no quiso revelar por razones de cuidada privacidad. Este mes de junio, desde tierras aztecas, hace la presentación oficial a todos los medios latinoamericanos de su segundo disco, que está en las discotiendas venezolanas desde finales del año pasado y que lleva su propio nombre como título. El lanzamiento viene acompañado del videoclip del sencillo promocional Contigo, que ya rota en Internet y en los canales musicales por suscripción.
Todo lo anterior hace que su cotidianidad esté llena, por estos días, de visitas a medios de comunicación social y uno que otro show case (corta presentación promocional en vivo) para dar a conocer su voz al público mexicano. En sus ratos libres, dice frecuentar puntos obligados para quien esté en el DF lindo y querido, como el Museo de Antropología, el mercado de artesanía de Coyoacán y el bosque de Chapultepec, donde trota cuando su agenda se lo permite. Un pequeño stop en su ajetreado día a día permite a Estampas descubrir qué hay detrás de su aparente timidez, una suerte de lo que, en materia de vinilo, se conoce como "el lado B", la otra cara...

Insoportable levedad ¿Cuál es tu cara menos conocida?
"Que soy insoportable (risas); es decir, puedo llegar a serlo. Tengo un carácter muy fuerte y soy bastante sarcástica cuando quiero".

Pero tu imagen es la de una muchacha apacible...

"Mi público nunca esperará de mí esa cara sarcástica, no voy a salirle con una patada a alguien que no conozco. Me permito ser así en un ambiente de extrema confianza, con mis amigos más cercanos o en familia. Soy la menor de cinco hermanos y, durante mi infancia, para que no me 'sometieran', debía tener siempre una burla debajo de la manga. A los 11 años ya me decían 'la cuaima', con eso te digo todo. Mi primer correo fue lacuaima@hotmail.com

Es decir, que, a estas alturas, eres de temer... Podría
decirse que sí. Pero, ¡ojo! No soy de las que le revisa el celular al esposo. El apodo ha perdurado porque siempre he sido muy sincera, muy directa con los demás. Cuando discuto suelo decir cosas de las que después me arrepiento. Con el tiempo he aprendido a manejarlo mejor".

¿Qué no has aprendido a manejar mejor?

"Mi miedo a cruzar la calle sola. Es algo que me da pánico, no entiendo cómo la gente lo hace tan tranquilamente. Si estoy con alguien, a juro, tengo que tomar su mano, cual niña chiquita (risas) para sentirme protegida".

¿Lo has superado en terapia?

"Para nada. Cuando me toca cruzar, pego una carrera y ya (risas). No es un trauma de la infancia. Yo digo que tiene que ver con alguna vida pasada".
Entonces, crees en la reencarnación...

"Lo único que tengo claro es que, de existir otras vidas, todas las he pasado con mi familia y con quien actualmente es mi esposo".

¿Y cómo es él?, ¿en qué lugar se enamoró de ti?

"¿Qué pasó?, Perales? (risas). No quiero hablar de él... Lo que pasa es que me gusta mantener mi vida de pareja en el plano íntimo".

Tiempos modernos

La prensa mexicana te ha recibido muy bien, ¿qué tal el público?

"Tan cálido como la prensa, al igual que en Venezuela. Así somos los latinoamericanos. La diferencia que siento entre ambos fanáticos es que el mexicano es más amante del p
op y el venezolano tiene todavía el reggaetón en las venas".

¿A ti nunca te ha dado por el reggaetón?

"No, en lo absoluto. La canción de mi máximo gusto culposo es esa que dice: '¡Pásame la botellaaa!'. Es un merengue que no sé ni quién lo canta. Me la aprendí en aquellos años mozos en los que rumbeaba con mi prima en Miami".

Y ahora en la "vejez" de tus 25 años, ¿cómo rumbeas?

"Mi naturaleza no es nada fiestera. Salgo a rumbear una vez al mes. En Venezuela me gusta ir a sitios como Suka Bar, donde colocan funk, que es uno de los pocos ritmos que realmente puedo bailar, ya que la salsa y el merengue no se me dan en la pista& Al menos no hasta después de la quinta copa (risas). Por cierto, lo único que tomo es vino, no tolero otro licor".

¿Tus amigos te han tildado de "aburrida" por no ser salidora?

"Han sido más prácticos: ya no me invitan a salir. Saben que, a la media hora de llegar a un sitio, quiero irme. Así que desistieron. Además, está demostrado que con el matrimonio la vida social cambia automáticamente".

¿Cómo eres de casada?

"Supongo que para los estándares convencionales, soy un desastre, porque no sé cocinar ni planchar. Mi esposo como que no sabía en lo que estaba metiéndose (risas). Lo bonito es que tengo al lado a una persona que me apoya ciento por ciento en todo lo que tiene que ver con mi carrera y puede llamar 'casa' a los distintos sitios del mundo a los que me toca viajar por trabajo".

¿Y qué es lo que más disfrutas de una velada casera?

"Me encanta instalarme a ver mis dos sitcoms favoritas que son 30Rock y Modern Family. En esta última ves todas las versiones modernas de lo que puede ser un matrimonio, como un señor mayor ligado a una sexy y joven latina o una pareja de homosexuales que adoptan una niña. Es sumamente interesante".

¿Estás en contra o a favor de la adopción por parte de parejas de homosexuales?

"Estudié en Canadá y allá el tema de la homosexualidad es cotidiano, así que me acostumbré a verlo como algo normal. Con respecto a la adopción por parte de una pareja gay, hay quienes la tildan de negativa por pensar que su condición sexual va a influir en la educación del niño y yo me pregunto, ¿no influye más negativamente en un pequeño la condición de alcohólico de un padre heterosexual? Más allá de eso, cada quien tiene derecho a vivir su vida como quiera".

Como Ricky Martin...

"Ah, sí".

¿Te sorprendió su salida del clóset?

"Para nada. Aún me cuesta entender el 'revuelo' causado".

¿A quién le pedirías un autógrafo?

"A Gustavo Dudamel. En todas las entrevistas digo que quiero conocerlo en persona, pero nada, no se apiada de mí (risas). Lo admiro muchísimo".

Sobre el diván

¿Qué te quedó de tus estudios de psicología en Canadá?

"Me faltó terminar la especialización. Todo lo que aprendí lo uso ahora para componer, me interesa el proceso inherente a las relaciones humanas, eso de 'ponerse en los zapatos del otro', o que 'cada cabeza es un mundo', por ejemplo".

¿Algún autor de tu preferencia? ¿Cómo te va con Freud?

"Freud todavía me parece una cosa extraña. No termino de agarrarle aprecio. Tiene ideas que no quisiera admitir como ciertas".

¿Como cuáles?

"Si te las digo, estoy admitiéndolas. Déjalo así. ¿Siguiente pregunta?".

¿Qué es lo más cruel que te han dicho?

"Así como hay gente que me apoya, tengo mis detractores. Una vez leí un comentario sobre uno de mis videos en YouTube que decía: '¿por qué sales al escenario descalza?, ¡zarrapastrosa!, ¡cochina!'. Me dio risa, pero como esos hay muchos".

En todo caso, ¿por qué sales al escenario descalza?

"Es como un amuleto de la buena suerte. Me da seguridad en mí misma, me siento cómoda".

¿Nunca has tenido un accidente al respecto?

"Una vez sufrí varios corrientazos durante una presentación en Mérida. El escenario estaba mojado. Lo hicimos ver como parte del show, pero no lo era".

Desde el cielo

¿Es cierto que te encanta volar parapente?

"En mi casa, desde que tengo uso de razón, de lo que más se habla es de volar parapente. Mi papá es piloto y mi hermano Herminio Cordido Vega es campeón mundial. Carlos, mi otro hermano, fue campeón nacional en la categoría Cross Country, a sus 12 años. Yo lo hago más por hobbie y nunca sola, siempre acompañada por alguno de los tres".

¿Qué es lo que más disfrutas cuando estás allá arriba?
"Que todos los problemas se ven del mismo tamaño: chiquititos, que vuelo con las personas que más quiero en mi vida, y que puedo hablar largo y tendido de profundidades de las que no me da tiempo de hablar en la tierra".

Como por ejemplo...

"Se me ocurren letras para canciones, como la de Te Vi, que habla de 'volar', o me pongo a pensar si, en efecto, como dice mi papá, existe la reencarnación. Reflexiono sobre quiénes somos los seres humanos y por qué estamos aquí".

¿Y por qué estamos aquí?

"Creo que andamos de paso por algo que no es ni el primero ni el último capítulo de la historia. Y aquí seguiremos hasta vivir otra vida, superar nuestras almas y llegar a eso que llaman cielo".

¿Cómo te imaginas ese lugar?

"Más o menos igual de placentero a los espacios en los que he estado en este planeta, restándole la violencia y la corrupción. Sería muy rico estar allí rodeada de toda la gente que quiero, siendo feliz...".

Ni por error te lanzarías en un parapente para regresar...

"¡No! Me quedaría viviendo en una nube".

pblanco@eluniversal.com

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