Con alma de trotamundos y la sensibilidad a flor de piel, la joven venezolana aterriza en México
GUADALAJARA, JALISCO.- Un músico de calidad es aquel que logra descifrar el lenguaje de las emociones y lo convierte en sonido, desarrollando a través de ella un lazo firme con el público. Ese es el camino que decidió tomar Mariana Vega, una chica venezolana que maduró en Canadá y que ahora ha decidido comenzar la conquista del territorio mexicano armada con su guitarra y sus composiciones.
La charla con este diario se da durante la breve visita que hizo Mariana a nuestra ciudad. Aparece en el lobby del hotel recibiendo a todos con una sonrisa y una taza de té en la mano derecha, la cuál, se va bebiendo muy lento, a medida de que responde las preguntas.
Fascinada por México y lista para encarar los retos del futuro, la joven venezolana dice que espera que el sueño que trae dentro de su guitarra tome forma en México y llegue a toda América Latina.
— ¿Qué tanto podemos conocer a Mariana Vega a través de sus canciones?
— El disco es un poquito de mi historia. Nací en Caracas, Venezuela y estudié en un colegio musical en mi infancia. A los 15 años me fui a vivir a Vancouver (Canadá) con mi familia y me pegó mucho la nostalgia, porque extrañaba mucho a mis amigos en una edad donde todo es complicado, como lo es la adolescencia. Fue allí que comencé a componer canciones como para desahogarme. Años después regresé a mi país para asistir a la boda de una prima y en la fiesta estaba el representante de una disquera, que me pidió un demo.
— ¿Fue un poco cuestión del destino?
— ¡Sí! fue allí que empezamos a trabajar la idea de hacer un disco, aunque fuera de forma independiente, que se lanzó inicialmente sólo en Venezuela. Y fue gracias a ese disco es que (la disquera) Warner no abre las puertas aquí en México.
— ¿En qué fase del disco te encuentras?
— Ahora estoy presentando mi trabajo en México y a nivel internacional. el productor Áureo Baqueiro me ayudó a hacerlo con 11 canciones que escribí yo. Lo definiría como un material pop-rock-acústico-emocional.
— Emocional en el sentido “emo”?
— (Risas) No, en otro sentido. Estudié sicología y me encanta observar las reacciones de otros seres humanos. De eso tratan mis canciones, del lenguaje universal que son las emociones, la felicidad, el despecho, la alegría, lo que todos sentimos para que la gente las adopte como suyas.
— ¿Cómo planeas entrar al mercado mexicano?
— Por lo pronto, ya tenemos video. Lo realizó Ricardo Calderón, que es de este país, y lo hicimos en el desierto de Coahuila, en Cuatro Ciénegas. Quedó bellísimo y fue con el tema Contigo, que es muy espiritual. Es un lugar espectacular, se hizo un trabajo de fotografía fantástico. Espero se presente al público en este mes.
— ¿Cuáles son tus raíces musicales?
— Comencé con la música clásica y la tradicional venezolana. Luego llegué a Canadá y me empapé de Alanis Morrissette, Nelly Furtado. Todo lo que escuchas te marca, te deja una huella. Áureo Baqueiro adivinó muy fácil mis raíces y eso hizo maravilloso trabajar con él.
Creo que la música no tiene que ser tan producida ni tan disfrazada. No hace falta todo eso si sale del corazón.
— Parte de tu formación musical se hizo en Canadá, ¿te dan ganas de escribir en inglés?
— De hecho, estuve escribiendo un año en inglés, bueno, lo intenté al menos. Pero me cuesta expresarme en ese idioma de la misma manera que en español. Por ejemplo, está la frase “I love you”, que significa “te quiero”, pero también “te amo” o “te adoro”. Como eso, hay muchas otras cosas más que te limitan en inglés, mientras el español tiene una riqueza infinita y una enorme variedad para expresarse. Para mi es la manera más pura para de comunicación. No es que jamás vaya a escribir en inglés, sólo que ahora no.
— Muchos artistas cambian sus perspectivas conforme van conociendo la industria, dicen que “no es igual desde afuera que desde adentro”, en tu caso, ¿Qué cambio cuándo decidiste dedicarte 100% a la música?
— Es cierto. Cuando comienzas en esto el sueño es grabar el disco, y ya, ¡pero al llegar a ese punto te das cuenta de que no! Es en ese momento cuando el verdadero trabajo apenas comienza, porque no basta el tener unas fotos bonitas, un empaque lindo. Viene la parte de la promoción, el presentarse en pequeños lugares, abrir puertas del mercado. Uno no se da cuenta desde afuera lo trabajoso que es y tampoco lo satisfactorio que es. Escuchar que la gente se identifica con lo que haces es lo más bonito que te puede pasar.
Navega: www.marianavega.com.mx
GUADALAJARA, JALISCO.- Un músico de calidad es aquel que logra descifrar el lenguaje de las emociones y lo convierte en sonido, desarrollando a través de ella un lazo firme con el público. Ese es el camino que decidió tomar Mariana Vega, una chica venezolana que maduró en Canadá y que ahora ha decidido comenzar la conquista del territorio mexicano armada con su guitarra y sus composiciones.
La charla con este diario se da durante la breve visita que hizo Mariana a nuestra ciudad. Aparece en el lobby del hotel recibiendo a todos con una sonrisa y una taza de té en la mano derecha, la cuál, se va bebiendo muy lento, a medida de que responde las preguntas.
Fascinada por México y lista para encarar los retos del futuro, la joven venezolana dice que espera que el sueño que trae dentro de su guitarra tome forma en México y llegue a toda América Latina.
— ¿Qué tanto podemos conocer a Mariana Vega a través de sus canciones?
— El disco es un poquito de mi historia. Nací en Caracas, Venezuela y estudié en un colegio musical en mi infancia. A los 15 años me fui a vivir a Vancouver (Canadá) con mi familia y me pegó mucho la nostalgia, porque extrañaba mucho a mis amigos en una edad donde todo es complicado, como lo es la adolescencia. Fue allí que comencé a componer canciones como para desahogarme. Años después regresé a mi país para asistir a la boda de una prima y en la fiesta estaba el representante de una disquera, que me pidió un demo.
— ¿Fue un poco cuestión del destino?
— ¡Sí! fue allí que empezamos a trabajar la idea de hacer un disco, aunque fuera de forma independiente, que se lanzó inicialmente sólo en Venezuela. Y fue gracias a ese disco es que (la disquera) Warner no abre las puertas aquí en México.
— ¿En qué fase del disco te encuentras?
— Ahora estoy presentando mi trabajo en México y a nivel internacional. el productor Áureo Baqueiro me ayudó a hacerlo con 11 canciones que escribí yo. Lo definiría como un material pop-rock-acústico-emocional.
— Emocional en el sentido “emo”?
— (Risas) No, en otro sentido. Estudié sicología y me encanta observar las reacciones de otros seres humanos. De eso tratan mis canciones, del lenguaje universal que son las emociones, la felicidad, el despecho, la alegría, lo que todos sentimos para que la gente las adopte como suyas.
— ¿Cómo planeas entrar al mercado mexicano?
— Por lo pronto, ya tenemos video. Lo realizó Ricardo Calderón, que es de este país, y lo hicimos en el desierto de Coahuila, en Cuatro Ciénegas. Quedó bellísimo y fue con el tema Contigo, que es muy espiritual. Es un lugar espectacular, se hizo un trabajo de fotografía fantástico. Espero se presente al público en este mes.
— ¿Cuáles son tus raíces musicales?
— Comencé con la música clásica y la tradicional venezolana. Luego llegué a Canadá y me empapé de Alanis Morrissette, Nelly Furtado. Todo lo que escuchas te marca, te deja una huella. Áureo Baqueiro adivinó muy fácil mis raíces y eso hizo maravilloso trabajar con él.
Creo que la música no tiene que ser tan producida ni tan disfrazada. No hace falta todo eso si sale del corazón.
— Parte de tu formación musical se hizo en Canadá, ¿te dan ganas de escribir en inglés?
— De hecho, estuve escribiendo un año en inglés, bueno, lo intenté al menos. Pero me cuesta expresarme en ese idioma de la misma manera que en español. Por ejemplo, está la frase “I love you”, que significa “te quiero”, pero también “te amo” o “te adoro”. Como eso, hay muchas otras cosas más que te limitan en inglés, mientras el español tiene una riqueza infinita y una enorme variedad para expresarse. Para mi es la manera más pura para de comunicación. No es que jamás vaya a escribir en inglés, sólo que ahora no.
— Muchos artistas cambian sus perspectivas conforme van conociendo la industria, dicen que “no es igual desde afuera que desde adentro”, en tu caso, ¿Qué cambio cuándo decidiste dedicarte 100% a la música?
— Es cierto. Cuando comienzas en esto el sueño es grabar el disco, y ya, ¡pero al llegar a ese punto te das cuenta de que no! Es en ese momento cuando el verdadero trabajo apenas comienza, porque no basta el tener unas fotos bonitas, un empaque lindo. Viene la parte de la promoción, el presentarse en pequeños lugares, abrir puertas del mercado. Uno no se da cuenta desde afuera lo trabajoso que es y tampoco lo satisfactorio que es. Escuchar que la gente se identifica con lo que haces es lo más bonito que te puede pasar.
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